LAS CHICAS

Me encanta observar a las chicas de Coliseum, a pie de escenario emitiendo su tonada mientras componen descaradas un aire de chicas terribles que anhelan la perdición del personal.
Vestidas como unas gatas salvajes dibujan movimientos de una sensualidad diabolica y un fulgor ciertamente atractivo en sus escotes que producen entre la nutrida caterva masculina una proliferación de jetas tipo sepia muda. Algunas almas piadosas opinan por ahi que soy un tipo ocurrente pero como la realidad es que soy de un soso total si trato de impresionar a feminas como estas lo habitual es que sea para mal, asi que a la vejez viruelas y para salvar la escasa dignidad que conservo me conformo con la visión lejana de estas dos mujeres pletoricas de belleza y refulgente juventud.

Aunque nada me gustaria más que despertarlas de su sueño de escenarios y luces de neón para reconducirlas por la dulce senda del pecado, tendre que seguir soñando con las interminables piernas de una y la espectacular figura de la otra, estoy convencido de que en Coliseum encontraran nuevos y mejores caminos para continuar luciendo ese morbazo de chicas fatales que generan, como dijo Mae West “Cuando soy buena, soy buena; pero, cuando soy mala, soy mejor”.